Elegí viajar y este andar hace que día a día me encuentre inmerso en un mundo maravilloso, descubriendo los sabores de los distintos países y olores que hacen de cada sitio un lugar muy particular. La música, la gente con sus ropas y formas de vivir, sus costumbres, sus miradas y sus historias: el artesano, el pescador, el viejo de la isla, la señora del mercado y el músico sentado en la plaza. Sentir cada paisaje me da esa energía inexplicable para avanzar, firme. Me asombro de todo lo que veo, escucho, pruebo, toco y siento. Me siento vivo, me siento fuerte y capaz de todo… No sé cuánto durará, pero desde el primer momento, lo que sí sé es que al final del día cobro el sueldo más rico del mundo: La paz por haber tenido la oportunidad de vivir como realmente quiero y haberla aprovechado.
Viajar también es reflexionar. ¿Cuántas veces dejamos nuestros sueños por obligaciones? ¿Cuántas veces creímos que éramos capaces de conquistarlo todo pero nos dejamos desanimar por aquellas personas que no creían en nosotros? ¿Cuántas veces decidimos seguir por el mismo camino y seguir en el confort zone, si podemos cambiar y vivir otro rumbo? ¿Cuántas veces tuvimos la oportunidad de hacer lo que amamos y por miedo no lo hiciste? ¿Cuántas veces dijimos quiero pero no puedo?
Si nosotros mismos somos dueños de nuestro tiempo, de nuestras ganas. ¿cuántas veces esperamos ese “momento ideal” viendo los años pasar y parados en el mismo lugar?
¿Sabes algo? A fin de cuentas cuando nuestra vida llegue a su fin, no va a importar la cantidad de dinero que tengas, ni casas, ni carros. Sólo te llevaras el recuerdo de los momentos preciosos y
verdaderos que tienes en tu alma. Por eso, si en la vida estamos de prestados, no hay nada que perder y sí muchas vivencias por ganar, ¿por qué no hacerlo?
Andando aprendí que la libertad es aquella llave que abre la puerta hacia ese mundo en el cual dejas de sobrevivir y empiezas a vivir… un mundo en el cual eliges los colores con los que deseas pintar tus días, la música que quieres escuchar. Un mundo donde empiezas a notar la importancia que tiene vivir con pasión y te olvidas del deber ya que comienzas a desear, a querer… Descubres la simpleza y plenitud de un atardecer, lo divertido que es ir tras los sueños y como te llena el alma la sonrisa de un desconocido. Un mundo en el que despiertas todos los días de cara a un presente maravilloso con las manos abiertas a las sorpresas que llegarán, porque no te atas a nada, porque estas predispuesto a todo y porque el futuro no te preocupa, sabes que la vida es hoy. Y entiendes cada día que cuando le das una oportunidad a la vida, la misma vida se da para que todo se te dé. Porque confías, porque has dejado de sobrevivir. Porque crees, porque has empezado a vivir.
Sueña, cree, vive....
“Mientras tenga vida, quiero poder ver más allá del Horizonte” y voy a cumplir mi sueño"
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ResponderEliminarWow.. me encantaron tus palabras. Yo soy de las que digo quiero pero no puedo pues el factor dinero no me lo permite. Estas viviendo uno de mis sueños que es viajar el mundo. Sigue disfrutando y muchas gracias por compartir esta experiencia con nosotros. Que Jehová Dios los cuide a ambos.
ResponderEliminarEspectacular escrito. Adoro la profundidad de cada una de tus palabras. Vive! sueña! Me lo estoy disfrutando mucho desde aquí ;)
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